Entregan su vida a la educación

Brindan homenaje por 30 años de servicio docente

Huatusco, Ver. A muy temprana hora, el Presidente Municipal huatusqueño, Santiago Chicuellar Aguilar acudió a la Escuela Primaria Miguel Sánchez Oropeza, perteneciente a este municipio, a participar dentro del homenaje que recibieron las profesoras Beatriz Lule Vallejo y Martha Luz García Hernández por los 30 años de servicio docente prestado en beneficio de los alumnos de diversos municipios incluido el de Huatusco.

Beatriz Lule Vallejo inicio su labor docente en 1983 dentro de la Zona 076 de Huatusco y es asignada a dar clases por primera vez en la escuela primaria “Cultura y Progreso” de la comunidad de Carrizal Capulapa de este municipio, por su parte Martha Luz García Hernández brindo por vez primera el servicio docente en 1985 en la escuela “Vicente Guerrero” de la comunidad de la Flor, Zentla.

Alumnos y personal escolar de la escuela primaria en la que hasta el día de hoy laboraban, brindaron un merecido homenaje donde algunos grupos de pequeños participaron con una muestra de baile en estilo salsa, una ronda infantil con la popular melodía de Francisco Gabilondo Soler “El ratón vaquero” y una poesía coral relativa al servicio educativo. Para dar paso a un enorme abrazo por parte de los pequeños escolares que presentaron la p

oesía y un hermoso arreglo florar para cada una de las maestras.

Por su parte el Presidente Municipal fue el encargado de dar un merecido reconocimiento a las maestras, quien al hacer entrega de los presentes mencionó “este día es muy especial para ustedes, para toda su familia. Los maestros son nuestros segundos padres y ustedes son parte de nuestra familia y quiero darle las gracias a su propia familia por haber permitido que durante 30 años brindarán conocimiento a nuestro niños, que dieron mucho por Huatusco, por Veracruz, por México, estamos eternamente agradecidos”.

Siendo el final de la ceremonia el gran desfile de alumnos de toda la institución, quienes brindaron un caluroso abrazo a las profesoras, las porras y gritos no dejaron de sonar en la escuela por tanto tiempo, quedando dentro de sus aulas el excelente trabajo desempeñado por estas dos grandes mujeres huatusqueñas.